Mendizabal - "Disparo revelador" (2019).



  ...en "Disparo revelador" nos encontramos la humanidad y el talento de Mendizabal expuestos a flor de piel y con una luminosidad amarilla y romántica...

Les sugiero un experimento: escuchen del tirón (no les quedará otra), el nuevo disco de Mendizabal, después echen un vistazo a la portada del mismo. Observarán que del enfrentamiento entre lo que se ve y lo que se escucha, el resultante es una total concordancia de sentires. Pues la portada de "Disparo revelador" (que es el título de este disco que estamos abordando), es un fiel reflejo de lo que esconde el disco, es decir: a Txema Mendizabal entregándose al oyente tal cual es, iluminado por la luz del sol. Digo esto por que en "Disparo revelador" nos encontramos la humanidad y el talento de Mendizabal expuestos a flor de piel y con una luminosidad amarilla y romántica, exáctamente lo que vemos en la portada.
Con las ideas muy claras, más sabio tras aquél debut más que notable que fue "Golpe de estado" (pinchar) y con una justificada fe ciega en sus nuevas canciones, Mendizabal llamó a los productores y músicos Xema Fuertes y Cayo Ballveser, y se puso en sus doctas manos para facturar un disco que sonase como el autor deseaba, no cabe ninguna duda de que lo han conseguido.
Mendizabal es un autor sensible, emotivo y un ser humano excelente, cercano y honrado, eso se nota en las canciones, e incluso en el tono de su voz; apacible y amigable.
Sus influencias son puestas sobre la mesa sin ninguna intención de ocultarlas o disfrazarlas, la música de Mendizabal suena a esas coplas inspiradas y apasionadas de autores como Antonio Vega o Quique González, ¡y qué bien!.
En "Partida" ya nos vemos sumergimos en esa luz natural y amarilla propia del sol de primavera, y la acústica se muestra como reina del entramado sónico que arropará la voz de Mendizabal y molderará las preciosas melodías que están por llegar.
Y así se confirma con el segundo corte, "La boca del lobo", una reflexiva letra y una bonita melodía con tenue acompañamiento que se convierte en uno de los momentos más intensos del disco a pesar de su escaso frenesí produccional -en formato físico se podrá escuchar una versión demo, aún más intensa- y nos encontramos con "Pequeña Irene", el single que hace las veces de presentador del trabajo, una canción llena de esperanza y vida, sobre todo vida; y por supuesto con esa luz a la que es imposible no hacer referencia.



Mi favorita es "Como si no tuviera importancia", Txema se monta en la estela del mejor Antonio Vega y hace cabalgar su voz sobre un piano casi piadoso y con la steel subrayando el discurso. En "Herederos" hace lo propio con la cola del cometa de Quique González, colabora con él Manolo Tarancón, otro de mis instantes preferidos del disco.
Desnuda y cercana, la preciosa "Nuestros versos" que nos conduce a "Luces de verano" donde Mendizabal rememora sus veraneos en La Rioja con emoción y sentimiento, fue la última canción en incorporarse a "Disparo revelador".
Y la siguiente es precisamente la que da título al elepé, otro hermoso canto con cuerdas, vientos y acústicas tan discretas como importantes. "Paisajes de regreso" sigue haciendo que la luz gire en suave torbellino y el calor se hace notar en un inspirado estribillo, para terminar con el instrumental "Buen viaje", inmejorable despedida para un disco francamente maravilloso.
Mendizabal lo ha vuelto a hacer, pero mejor aún: un disco de songwriter y de persona humana, se aleja de poses malditas o intelectualoides para cantar a la gente, a los sentimientos y a los recuerdos, como hacen los grandes poetas, no se pierdan "Disparo revelador", y experimenten...

Enlace donde escuchar y adquirir "Disparo revelador" en La Viejita Música.

Se recomienda visitar la reseña sobre este mismo trabajo publicada por Joserra Rodrigo para el Exile SH Magazine pinchando AQUÍ.

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