Concierto: La Gran Esperanza Blanca/José Ignacio Lapido - 16 Toneladas, Valencia 16/11/2018


Admito que la lluvia con que nos recibió Valencia y que no dejó de agredir los caminos, parques y calles de la ciudad y su provincia me hicieron temer por la celebración de la presentación del libro de Juanjo Mestre "1050 Discos Cardinales", y por tanto de los conciertos de LGEB y Lapido que deberían celebrarse (ambos eventos) en la sala 16 Toneladas.
Finalmente, aunque con algunas bajas por culpa de las tormentas que provocaron cortes de carretera en diversos puntos, pudieron celebrarse ambos episodios, que deben ser descritos como 'magnos acontecimientos'.
Tras la emotiva presentación del ya imprescindible "1050 Discos Cardinales", tocaba el turno al concierto en horario nocturno.


Los primeros en saltar al escenario fueron Cisco Fran y sus chicos: Fede Ferocce, Chuso y Chiti. Demostraron el porqué de la fama de gran acústica que pasea la sala 16 Toneladas, sonaron a gloria, eléctricos y rotundos. Desplegaron un repertorio formado por temas de su último disco hasta la fecha, aquél magnífico "Tren fantasma": "Aquí estoy (en vía muerta)", "Tu risa", "Los años de felicidad", "El chico del tren" y "Música antigua". Mi favorita "Ruptura" deslizada de su estupendo "Derrota". Hay que estirar el tiempo hacia atrás hasta el 2002 y el disco "Harry Dean", de éste ofrecieron dos temas como "Lento" y "Noche de bodas". Completaron el set con algún tema nuevo, culminando con la henchida de orgullo valencianista (hablamos de fútbol) "Sarriá '71" que me encantó y que es una muestra viva de que fútbol y lírica pueden vivir y ser felices juntos.
Una nueva demostración de rock, folk y country de la albufera gracias al arte de un grupo imprescindible como La Gran Esperanza Blanca.


Tras los valencianos le tocaba pegar a José Ignacio Lapido; aún tenía en el recuerdo el grandioso concierto que el granadino ofreció en Bilbao hace unos meses (pinchar). En 16 Toneladas, El Poeta Eléctrico modificó el setlist y repitió las sensaciones de aquel sábado en la sala BBK (y en tantas y tantas ocasiones). La banda que le acompaña tiene su ADN totalmente cifrado por la clave musical y lírica de Lapido, y suenan como una banda atómica, pletórica en los himnos más rockeros y gustándose en los momentos calmos y reflexivos.
Pudimos escuchar muchos temas de su último disco "El alma dormida", como mandan los cánones. Como me ocurrió en Bilbao, me encantan estas canciones pasadas por el filtro eléctrico y más rockero del directo, así que volví a vibrar con "Nuestro trabajo", "Mañana quién sabe" "Lo que llega y se nos va" y "Cuidado". En la segunda parte del bolo encadenó cuatro temas de este último disco referido, comenzando por mi favorita personal "En la escalera de incendios" y continuando con "Dinosaurios", "Estrellas del purgatorio" y "La versión oficial".
Tras una década de aquella obra maestra titulada "Cartografía", era lo preceptivo que sonaran algunos temas de aquél sublime álbum, así fue y nos deleitamos con: "Largo de contar", "Nunca se sabe", "Cuando el ángel decida volver", "Algo me aleja de ti" y mi favoritísima "En el angulo muerto".
Pero es tan amplio e inexpugnable el repertorio del alma de los Cero que completó el ensueño con temas como: "Luz de ciudades en llamas", "Lo creas o no", "No queda nadie en la ciudad", "El principio del fin", "La antesala del dolor" o la furiosa "Cuando por fin".
Finalizó la fiesta con "Noticias del infierno" y la otrora acústica copla de los Cero "Espejismo nº 8", que truena electrificada ahora.
Una noche mítica, un día inolvidable en el que la lluvia quiso ser protagonista, pero lo consiguió sólo en parte. Los que triunfaron fueron los amigos, los encuentros y reencuentros y por supuesto la música.
Una muy especial e inolvidable noche de rock and roll.

Comentarios

  1. Me alegro de ese inolvidable viaje para celebrar tan magno acontecimeinto

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    1. Fue una experiencia extenuante pero inolvidable, muy contentos de haber podido estar allí.
      Saludos.

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