Once canciones que nacen de la autenticidad de un autor que trabaja ajeno a modas, eclosiones de la industria y tendencias con motivación mediática.
Por Jorge García.
En 1997 el californiano Steve Wynn publicaba, bajo la certera producción de John Agnello y con el concurso del teclista Joe McGinty y de su compañera Linda Pitmon a la batería y coros, el ecléctico y formidable "Sweetness and Light".
Dos años después volvía con los mismos compañeros de viaje para publicar el no menos magnífico "My Midnight". Se sumaba al proyecto el guitarrista Chris Brokaw (Codeine, Come, The Lemonheads) y el reputado bajista Tony Maimone (Pere Ubu); y junto a ellos creaba una obra sólida en cuanto a la percepción del sonido, caracterizado por la elasticidad en cuanto a registros, texturas y estilos.
Entre ataques rockeros, algunos con inclinación glam/psicodélica: apunten al aguerrido tema de apertura "Nothing but the shell"; pop de elaboradas texturas y atmósferas: no se pierdan la encantadoramente barroca "Mandy Breakdown" con un primoroso esfuerzo por parte de McGinty en las teclas y diversas soflamas pop, folk e incluso soul/funk, véase la también estupenda "Cats and Dogs", Wynn vuelve a dar una lección de capacidad camaleónica, control de su propia inspiración para orientar sus creaciones a diferentes horizontes estilísticos y clase para regalar.
Once canciones que nacen de la autenticidad de un autor que trabaja ajeno a modas, eclosiones de la industria o tendencias con motivación mediática. Equilibrio y sobriedad; emoción e instinto, sin buscar el refinamiento artificial que otros buscan convirtiendo el estudio en un laboratorio, haciendo una música cuyo sonido parece que nace según la canción es interpretada, sin apenas interpelación humana.
Influencias Velvetianas en "Lay of the land", guiños a unos The Dream Syndicate que nunca se fueron del todo en los discos en solitario de Wynn, en la fabulosa "Out of this word" y profundiad industrial en la hermética canción homónima, son algunos motivos más para admirar este "My Midnight".
No me cansaré jamás de reivindicar a Steve Wynn, uno de los más grandes músicos del último medio siglo, cuya obra subyace de lo enfatizado por la industria y lo engrandecido por la publicidad. "My Midnight" fue publicado en 1999, el nuevo siglo y sus inteligencias artificiales, sus injerencias electrónicas y las incesantes - y por lo general frustrantes - busquedas de Santos Griales sónicos no afectan a la validez y actualidad sónica que deflagra desde sus surcos este álbum.
Se trata, en resumen, de otro disco magnífico de Steve Wynn, que por supuesto merece más atención y reconocimiento. Hoy, desde aquí, lo reivindicamos y le rendimos pleitesía.
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