Cuando llega el verano es recurrente que vuelva sobre los discos de Los Flechazos. Conocí a la banda de Alex Díez en León, donde he pasado los veranos de mi niñez, adolescencia y juventud y donde me sigo sintiendo en mi casa (es mi segunda casa).
Cuando la década de los ochenta agonizaba, Los Flechazos llegaron a mi vida por medio de mi amigo Jesús y ya no salieron de ella. La música de Los Flechazos es, para mi, verano, luz, juventud, noche, fiesta, inquietud y desidia veraniega. Huelen a crema bronceadora y saben a la saliva dulce de alguna chiquilla en las fiestas de algún pueblo cercano a León con la luna como silenciosa testigo.
Las canciones que componía Alejandro Díez hablaban de las calles de Londres, de clubs donde el soul encendía juventudes sedientas de vida y de chicas, y de chicos, y de la noche teñida de neón, y parecía que ignoraba (él y nosotros) lo fugaz que es la juventud, por eso sigue siendo música para jóvenes independientemente de la edad que tengamos.
Fueron cinco discos de estudio, para un servidor míticos, y creo que siguen sonando de miedo. Están fuera de época, siempre lo estuvieron, por eso son intemporales, por eso siempre suenan bien y no se ven afectados por el paso del tiempo, ya nacieron con la marca del pasado en la textura de su sonido. Sus canciones viven en la década de los sesenta, suenan a pop y a mod, pero también a soul y a club nocturno.
Hoy los recuerdo, los reivindico y los ordeno de mejor a menos mejor, siempre bajo mi humilde criterio.
01. "En el club" (1989)
02. "Alta fidelidad" (1995)
03. "Viviendo en la era pop" (1988)
04. "En acción!" (1992)
05. "Preparados, listos, ya!" (1991)
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