En 1985 un servidor ya estaba atrapado por la música y no tenía entre sus planes de adolescente desligarse de esa benita trampa.
Cuando pasan los años, uno se da cuenta de que cada etapa ha tenido sus grupos y sus discos, y que muchos se quedan por el camino según se queman algunas de esas etapas, otros continúan y continuarán acompañándonos, y que otros se quedan en una especie de tierra de nadie, tal vez esperando a que un día los recuperes.
Siento que en esta última situación se encuentra el álbum de debut en solitario de Sting. Por supuesto llegué a "The Dream of the Blue Turtles" a rebufo de la pasión que despertó en mi (y en casi todos) la eufórica trayectoria de The Police. Casi desde el principio adoré este disco, incluso más que algunos de su banda madre, luego, con los años, tanto el álbum como Sting fueron perdiendo fuerza y presencia en mis escuchas.
En cambio siempre he sentido que este disco no era como el resto del histórico de Sting, que en mi opinión va perdiendo interés hasta llegar al punto de resultarme irrelevante. Con "The Dream of the Blue Turtles", a pesar de la distancia interpuesta por los años, siempre me ha unido algo especial, siempre he pensado que es una obra de enjundia, su mejor trabajo.
Por eso, aprovechando que en este recién iniciado 2025 cumple nada menos que cuarenta años, lo he sacado de la estantería y lo he vuelto a pinchar, y me ha vuelto a gustar mucho. A pesar de algunos efectos sónicos puramente ochenteros, de la búsqueda en la producción de una comercialidad que no desmerezca el legado de Sting, a pesar de lo que algunos de sus temas sonaron machaconamente en las radios de la época... sigue siendo un disco con el que conecto plenamente.
Uno de esos temas que sonaron hasta el aburrimiento fue "Moon Over Bourbon Street", nocturna, solitaria, triste, dramática... sigue siendo un gran tema y es, si les parece, el que vamos a escuchar en esta mañana de domingo.
¡Feliz domingo!
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