B.B. King - Live in Japan (1971/1999)

Crítica: B.B. King - Live in Japan (1971/1999)

...las actuaciones que el mítico bluesman de prodigiosa virtud con la guitarra ofreció en el otrora mítico auditorio Sankei Hall...
Por Jorge García.


Entre la maraña de grabaciones que nutren el mastodóntico catálogo discográfico del gran B.B. King, que solo en lo referente a grabaciones en vivo comprende hasta quince álbumes oficiales, tal vez a la que más cariño tenga sea a "Live in Japan" (siempre hablando de discos en directo).

La grabación corresponde a las actuaciones que el mítico bluesman de prodigiosa virtud con la guitarra ofreció en el otrora mítico auditorio Sankei Hall de Tokyo los días 4 y 7 de marzo del año 1971.

Originalmente fue pensado para su publicación únicamente en Japón y en formato de doble elepé. Y en realidad así fue hasta que en el año 1999 el sello MCA decide recuperarlo y reeditarlo para el mercado internacional.


Menos célebre que otros testimonios en vivo del legendario intérprete de Itta Bena como "Live at The Regal" (1965), "Blues is King" (1967) o "Live in Cook County Jail" (1971) convertidos en clásicos del blues, "Live in Japan" nos muestra a un artista en un momento mágico de su estratosférica carrera, con una voz que arrastra arena entre finas capas de terciopelo y su habitual taumaturgia con la guitarra.

Durante una hora y cuarto, King nos ofrece un recorrido variado y siempre sublime en el que deleitarse con paisajes sonoros en clave de Blues, Rhythm & Blues y Soul. Este mantra único y cuasi empíreo lo consigue gracias a su genio y al de una banda de acompañantes tan soberbia que la posibilidad de que algo saliese mal era tan remota como la nieve en el desierto.

Ron Levy al piano, Wilton Freeman al bajo, Sonny Freeman en la batería y un equipo de vientos/metales formado por Joseph Burton al trombón, John Browning a la trompeta, Earl Turbington al saxo alto y Louis Hubert al saxo tenor dan al protagonista una cobertura sónica de auténtica gloria, que lo mismo matiza líneas bluseras, que enfatiza exaltaciones soul o penetra en la fibra más sutil y delicada, como decía más arriba, nada podía fallar.

El álbum transmite una propuesta en formato orquestal con incidencias soul y nuevaorleanescas en la que el 'Rey' King contagia el goce que le produce distribuir punteos y estribillos a un público que sin duda disfrutó de lo lindo aquellas sesiones con un artista único en un momento de gracia.

Si a todo lo dicho añadimos un repertorio que contiene composiciones propias como "Niji Baby", "You're Still my Woman" "Chains and Things" (ambas compuestas junto a Dave Clark); la mítica "Sweet Sixteen" (junto a Joe Josea) o la nostálgica pieza instrumental donde juegan y se arrullan el piano y la guitarra con explosiones de viento titulada "Darling You Know I Love You" (juntoa Jules Taub), poco más podemos, desde aquí, aportar.

Se completó la velada con clásicos ajenos como "Everyday I Have the blues" de Peter Chatman; "How Blue Can You Get?" de Jane Feather; la radiante "Eyesight to the blind" de Sonny Boy Williamson; la más soulera "Hummingbird" de Leon Russell o la exquisita "The Thrill is gone" obra del dúo formado por Rick Damell/Roy Hawkins. Sin olvidar los momentos donde se luce como solista - siempre acompañado por su banda - haciendo guiños a Japón y a la sala en "Japanese Boogie", "Jamming at Sankei Hall" y el colofón "Hikari#88".

Menos mítico que otros, "Live in Japan" es una maravillosa demostración del arte inmortal de uno de los más grandes del blues en uno de los mejores momentos de su carrera, idóneo para curar males y resucitar emociones pasadas.

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