Neil Young - Songs for Judy (2018)


 ...estamos ante un trabajo más que agradable de escuchar, con un tío Neil en la cima de sus facultades, con una voz sólida y de fuerte emisión...


En 1976, Neil Young llevaba diez años de exitosa carrera musical. Había saltado a la fama con la meteórica trayectoria de Buffalo Springfield; se lanzó en solitario, se hizo acompañar de los irresistibles Crazy Horse con quienes facturó en 1969 el sublime "Everybody knows this is nowhere".

Ya en la década de los setenta consolidó una brillante y ecléctica carrera con obras maestras como "After the gold rush" y "Harvest", disco con el que alcanzó el éxito masivo gracias al country y al folk de sabor campestre.

Alternó su andadura en solitario con discos y giras junto a sus 'amigos' Crosby, Stills & Nash.

La tragedia se cierne sobre su entorno: muere el guitarrista de Crazy Horse, Danny Whitten, y su road manager y amigo Bruce Berry. La depresión por estas pérdidas propició una época oscura y derrotista, con un Young en modo kamikaze que aún así firmó discos tan estratosféricos como: "Time fades away""On the beach" y "Tonight's the night".

Volvió la luz, y volvió Crazy Horse, con Frank "Poncho" San Pedro sustituyendo a Whitten, para la grabación de un disco mucho más luminoso y optimista, la POM: "Zuma".

Llegó el año referido, y junto a sus caballos locos se lanzó a una gira por USA mientras borboteaba en su cabeza nuevos proyectos y tomaban forma más canciones con las que engrandecer su leyenda.

En aquellos días, los afortunados que pudieron asistir a un concierto de Neil Young & Crazy Horse, podían decir que estaban viendo a uno de los más grandes artistas de la historia del rock en uno de sus (muchos) momentos más álgidos y definitivos.


Así lo entendieron el periodista Cameron Crowe y el fotógrafo Joel Bernstein. El primero decidió grabar en cintas de cassette C-90 las actuaciones de los 18 conciertos que conformaron la gira americana del 76. Aquellos recitales, aunque acompañado de los Crazy Horse, Neil Young los comenzaba plantándose en el escenario solateras, acompañado de su acústica o sentado al piano, interpretando en formato desnudo algunas de sus coplas más íntimas y bucólicas, esos momentos de recogimiento son los que grabó Cameron Crowe, y los que hoy podemos escuchar en la grabación y remasterización oportuna, en este "Songs for Judy".

Estas grabaciones han sido pasto de rumores y discusiones entre rusties de todo el mundo durante lustros, y es ahora cuando de manera oficial y bajo el nuevo sello de Neil, Shakey Pictures Records, salen a la luz en lo que muchos consideran un negocio más del 'arte de recuperar viejas grabaciones recubriéndolas de oro comercial' y otros muchos un archivo de valor incalculable con el más grande como protagonista.


Yo, como en otras ocasiones me quedo con algo de lo segundo y bastante de lo primero. Es incuestionable que estamos ante un trabajo más que agradable de escuchar, con un tío Neil en la cima de sus facultades, con una voz sólida y de fuerte emisión, sin la quebradiza sensación que adquirió su instrumento vocal con paso del tiempo. No se puede poner en tela de juicio el setlist que forman las 22 canciones que nutren "Songs for Judy", donde nos encontramos algún himno de aquellos primeros pasos de Neil en solitario y algún corte extraído de los discos de Buffalo Springfield ("Mr. Soul"). 

También es reseñable el calor de directo que caracteriza la grabación, cosa lógica al ser grabada de manera manual en cada recital, y el buen trabajo de remasterización que consigue una nítida escucha de voces e instrumentos. Pero el factor business es incuestionable y la falta de un disco como este tampoco sería una catástrofe.

No obstante, el disco tiene cosas muy interesantes: como la inclusión de "Too far gone" o "White line", que serían grabadas pasados varios años en "Freedom" (1989) y "Ragged Glory" (1990) respectivamente.

En aquellos días anticipaba canciones de álbumes aún en pañales como "Human highway" que sería incluida en 1978 en el estupendo "Comes a time"; también podemos escuchar temas que permanecieron en el silencio hasta la publicación el pasado año de "Hitchhiker" como "Campaigner" o la preciosa "Give me the strength" o un tema que nunca ha incluido en ningún disco aunque ha solido interpretar en directo como "No one seems to know".

También interesa la inclusión de "Love is a rose", tema compuesto por Neil y que en 1975 popularizó Linda Ronstadt y que tras grabar para el finalmente no publicado "Homegrown" apareció aquél mismo año 1976 en la recopilación "Decade" junto a "Sugar mountain" que cierra el disco.

Si a todo esto añadimos temas tan sublimes como "Harvest", "Tell me why", "Mellow my mind" interpretada con banjo, "After the gold rush""Heart of gold""Pocahontas" otra que aparecería algún año después en "Rust never sleep" (1979), y en especial "Old laughing lady" del siempre infravalorado disco debut de 1968; y una debilidad personal como "The losing end", mucho me temo que en esta ocasión Neil vuelve a ganar, y negocios e historias al margen, el disco es una delicia que se escucha en bucle sin problema, es más, con placer.

Así que ya saben, las buenas canciones son irresistibles siempre, bajo el sol abrasador, bendecidos por el rocío de primavera o entre capas de nieve, y en "Songs for Judy" hay canciones para justificar una vida, aunque ya las hayamos escuchado mil veces.


Reseña publicada el pasado 26/01/2019 en el Exile SH Magazine.

Comentarios

  1. Compré el disco apenas hace un mes y, al igual que con su anterior "Roxy, Tonight´s The Night Live", no paro de escucharlos. Benditos sean sus archivos, que sigan publicándolos, que no paren. Teniendo además en cuenta lo algo flojo de sus últimas grabaciones de estudio, se agradecen estas recuperaciones. Cada vez me gusta más el Young más desnudo, más básico, voz y acústica y la simple base melódica de sus canciones.
    Abrazos,
    JdG

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    1. Comparado con sus últimos discos, francamente flojos, esto es un manjar, eso desde luego. Me gusta el disco y ese Young acústico siempre me ha gustado mucho.
      Abrazos.

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  2. Qué bonito lo cuentas y qué esencial es Neil!!!

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    1. Completamente. Ya sea en acústico o en eléctrico, haciendo el estilo que sea, es totalmente imprescindible.
      Un abrazo.

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