Cooper- "Tiempo, temperatura, agitación" (2018)


Vamos apurando este 2018 que en lo discográfico ha ido de menos a más, y poniendo en negro sobre blanco alguno de los discos que se han ido quedando en el tintero conforme transcurrían las semanas.
Uno de los trabajos que lleva varios meses en el mercado es el retorno discográfico del leonés Alejandro Díez Garín, conocido en el tema del rockerio como Cooper, y titulado "Tiempo, temperatura, agitación".
Los habituales de esta casa ya saben de mi predilección por Cooper y mi fanatismo por Los Flechazos, aquellos veranos de los noventa en León (mi segunda casa), viviendo en la era pop, marcan mi historia y forman parte de mi bagaje vital, y de éso no se puede (o debe) uno deshacer nunca.
El trabajo que ha presentado este año Cooper es un decálogo de canciones 'marca de la casa', es decir: temas de esencia sixty, pop con reminiscencias mod y que nos transportan a las calles del "Swinging London", y es que Cooper tiene una vena marcadamente londinense que nunca ha ocultado y una influencia obvia que se respira en todos sus álbumes.


El sonido se caracteriza por el colorido que imprimen unas guitarras chispeantes y primaverales, melodías que sobornan los oídos con su fluidez mágica y ese toque nostálgico y teenager que tanto apasiona a muchos, entre los que me encuentro.
Se esparcen aquí y acullá vientos y metales que impregnan algunos temas de sofisticación y un leve soul blanco, y esa forma de frasear tan característica del leonés.
Se trata además de un trabajo equilibrado y coherente, donde las melodías suenan rotundas y sencillas, las armonías vocales excelsas y los textos remontan recuerdos y observan cielos nublados o calles repletas.
Comienza el trabajo con la sensibilidad melódica de "El último tren" para ir desgranando temas a cual más marcado por la orfebrería: "Salto" que recuerda a Los Flechazos de la primera época; "Ya llegó el verano" que nos hace vibrar al son del hammond; la espontánea y grácil "Graciela" o la cuasi caribeña "Luz".
"Islandia" es uno de mis momentos favoritos del disco gracias a su cosmopolita espiral; nuevamente el hammon marca el estribillo de "Infinito" y "Provisional" se muestra más frenética y ácida. Queda para el final dos de los temas más destacados, por una parte la excelente "Dos grados bajo cero" de borboteante bajo y entramado de guitarras salpicadas por los metales, todo atravesado por una historia sobre un amor roto, y termina el elepé con la nostálgica y hermosa "Telarañas".
Suma y sigue Cooper en una carrera que cuenta con un importante e irrefutable legado discográfico que reparte por los escenarios con clase y sin perder un ápice del espíritu que gobierna la esencia de las creaciones de uno de los músicos que con todo merecimiento deben ser considerados clásicos e imprescindibles dentro de la música española en las últimas décadas. Su último disco es un peldaño más en ese ascenso a una de las grandes discografías patrias.

Comentarios

  1. ¡Qué gusto! Escuchar pop en español, bien hecho, nada empalagoso. Una gozada. Y un recuerdo para aquellos tiempos (¡hace tanto!) que no era un hecho inusual.
    Y lo he disfrutado gracias a ti, Addi.

    Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La discografía de Cooper es impoluta, desde Los Flechazos hasta hoy. Si quieres algo dime y te mando, de hecho no es este su mejor disco.
      Abrazos.

      Eliminar
    2. Querido Addi:
      Dicen que del cerdo se aprovecha todo y yo, que soy un poco cerdo, aprovecha cualquier cosa que quieras mandarme. Lo dejo a tu libre arbitrio.
      Mi correo, para éste y otros temas, es: comunsinsentido@gmail.com

      Gracias.

      Eliminar

Publicar un comentario