Los lunes... escenas de cine - "Campanadas a medianoche".


Desde adolescente Orson Welles era admirador de la obra de William Shakespeare. Siendo muy joven emigró a Irlanda para conocer allí el teatro y empezar a representar obras del genio inglés.
Cuando volvió a Estados Unidos fue para debutar en Broadway con "Romeo y Julieta". No es por tanto de extrañar que en su obra cinematográfica Shakespeare fuese un autor recurrente, adaptó "Macbeth" en 1948 y "Otello" en 1952, ambas de forma brillante.
Pero es en 1965 cuando consigue la cinta sobre textos del enorme dramaturgo británico, cuando logra su mejor y más inviolable cota con "Campanadas a medianoche".
Se trata de una producción hispano-suiza en la que Welles, además de dirigir y escribir/adaptar el guión, se introduce en la piel del grotesco Sir John Falstaff, personaje recurrente en la obra de Shakespeare.
Lo que hace de "Campanadas a medianoche" una creación singular es que no se trata de la adaptación de una obra concreta de Shakespeare, sino que introduce partes de diferentes obras: "Enrique IV", "Ricardo III", "Enrique V" o "Las alegres comadres de Windsor" y añade al texto diferentes personajes de otras tantas obras para crear una cinta donde se respira de manera única el universo Shakesperiano.
Si a esto añadimos la lectura un tanto cruda y vulgar de los textos, muy alejado de la visión refinada que en Inglaterra suelen plasmar de los diálogos y situaciones del inmortal don Guillermo, nos encontramos ante una experiencia insólita y atrayente, un Shakespeare
trasladado al siglo de oro español en aspecto y verbalidad.
Una obra maestra, otra más, del enfant terrible del cine americano, que por aquél entonces ya asentado en Europa, despachaba sus proyectos mas abstractos y delirantes.
¡Feliz semana!

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