David Myhr - "Lucky day" (2018)


Poco a poco el año avanza y pronto los ocres y broncíneos tonos del otoño nos volverán a posicionar ante la inminencia de una nueva navidad. Y poco a poco también, vamos destripando discos publicados durante este año 2018 vertiginoso (como todos).
Y una vez más traemos aquí un disco que lleva mucho tiempo sonando en casa, que ha rendido muchas visitas a mi equipo antes de ser descrito en esta reseña, y que entiende el que suscribe que merece un hueco en esta bitácora y la oportuna recomendación, por si alguno de ustedes no han advertido la aparición de este "Lucky day", obra del cantante, compositor y multi-instrumentista sueco David Myhr.
No se prodiga demasiado el que fuera fundador en las postrimerías de los ochenta de The Merrymakers, pues han pasado seis años desde la publicación de su anterior trabajo, aquél excelente "Soundshine". Pero daremos por buena la espera a tenor de lo que nos ofrece en este excelente "Lucky day".
Brad Jones, un viejo conocido de artistas cercanos con los que ha trabajado en su casa-estudio de Nashville como Quique González o Ariel Rot, es el encargado de producir el disco, por supuesto en Nashville.
Se trata de otro disco que se airea en atmósferas pop, power pop e incluso con un toque a lo Billy Joel, un toque a músico de local nocturno, de esos que en penumbra, pertrechado tras su piano, van  deshojando melodías que se pierden en la madrugada ante un público embelesado entre caricias compartidas con sus acompañantes y con algún whisky de más.
Se pasean por estas diez canciones ecos de Beatles, Alex Chilton, Boz Scaggs o el mentado Billy Joel.
Se trata en definitiva de uno de esos discos que son las canciones las que hablan por ellos, y desde el primer tema ya descubrimos que éstas tienen mucho que decir, escuchen sino el precioso y 'soleado' tema de apertura titulado "Jealous sun".



Continua el recorrido por uno de esos temas neoyorquinos a más no poder: "My negative friend", con la sombra de Joel. "Room to grow" es deliciosa, destaca una fina producción con cuerdas y coros; más coros en "The perfect place"; "Everyday it rains" es más sencilla, con un toque folk, pero igualmente encantadora.
"Lucky day" nos recuerda al Macca más íntimo y "If you really think it's over" es acústica y campestre. Nos volvemos a encontrar con la luz en "Wait until the moment" y las acústicas y los coros armonizan la bonita y breve "Lovebug" para terminar con "The only thing I really need is you", otro tema rebosante de encanto y primavera.
Otro precioso disco, que gustará a los que gustan mecerse en cómodas hamacas melódicas y que es posible que pase desapercibido para muchos, aunque en mi opinión merece (y mucho) la pena pararse en él.

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