The Modern Lovers - "The Modern Lovers" (1976)


Hace tiempo que tengo en mente dedicar unas lineas a la figura y la obra de Jonathan Richman, su trabajo ha influido en numerosos grupos de diverso cariz, pues su talento y personalidad son tan evidentes como ecléctico su legado.
La verdad es que lo delicado de la empresa siempre termina haciendo que recurra al típico: más adelante.
Pero si me voy a detener en las escuchas diarias de novedades para darle unos pases a la que fue su ópera prima, firmada como The Modern Lovers y de título homónimo.
Si bien el disco fue publicado en 1976, las canciones fueron registradas años antes, en 1972 y 1973, el grupo estaba disuelto cuando el álbum vio la luz y en el posterior Jonathan Richman & The Modern Lovers solo sobrevive de esta formación el baterista: David Robinson.
Curiosamente el disco fue grabado en modo demo en dos momentos diferentes y con distintos productores, en diciembre de 1972 graban: "Hospital" con producción de John Cale, trabajo que continúa en abril del siguiente año con otros seis temas: "Roadrunner", "Astral plane", "Old world", "Pablo Picasso", "She Cracked" y "Someone I care about", todos estos cortes registrados junto al ex de la Velvet fueron hechos para el sello Warner, en cambio fueron los estudios A&M los que albergaron las grabaciones de: "Girl friend", "Modern world" y "Dignified and old", esta última incluida en ediciones posteriores pero no en la original de 1976, estos tres últimos cortes contaron con la producción de Alan Mason y Robert Appere.


Finalmente ninguno de los dos sellos aprovechan las canciones que habían grabado y el cancionero, que en realidad no estaba concebido para ser un disco único, pues se trataba de grabaciones individuales, es recogido en 1976 por la disquera Bersekley que los lanza al mercado cuando Richman ya estaba manos a la obra con otro proyecto, no es menos cierto que muchas de estas canciones ya eran conocidas de forma subterránea por gran parte del público, así ve la luz finalmente este: "The Modern Lovers".
La obsesión del joven Richman por Lou Reed es evidente no solo en el sonido y las melodías, el fraseo e incluso el timbre empleado por el joven delatan este extremo claramente.
Que John Cale produzca siete de los cortes del disco también dice mucho a este respecto, ahora bien, lo que se escucha es producto del ánimo del autor, a quien no le tiembla el pulso en el tono de sus textos, combativo y con el veneno de la juventud, sin recurrir a la literatura para expresar lo que quería. En cuanto a la esencia sónica, evidentemente heredera del suburbio sonoro de la Velvet y del malditismo punk y rock del underground, tal y como inmortalizaron en la factoría aquellos oscuros poetas de la contracultura neoyorkina.
Teclas mortecinas, guitarras sufrientes, canto que se mezcla con declamación y ese Lo-Fi propio de una demo que hace que cada rincón del setlist conforme un trabajo atmosférico, lírico y por momentos sobrecogedor.



Tremendamente influyente en los ataques punks de la segunda mitad de la década, este disco bautizado como proto-punk esta bastante por encima de etiquetas, pues el desfase cronológico habido entre su concepción y posterior alumbramiento hacen de él un documento con una vida propia, como dotado de una coordenada espacio-temporal imposible de igualar por nadie, pero que si fue utilizada como ejemplo o calco de algo que gota a gota fue repetido y que marcó diferencias en muchas bandas posteriores y hoy míticas.
Es todo ello un motivo más para pensar en la revolución musical que causaron los primeros trabajos de VU y Reed en los finales sesenta y los primeros setenta, cuando unos hacían historia jugando con el LSD sónico y otros distorsionando los riffs básicos del blues.
Me permito llamar la atención en tres temas como vértices de un triángulo en el que bien podría sustentarse la esencia de "The Modern Lovers", a saber: "Roadrunner", "I'm Sraight" y "Hospital", claro que en tan magna obra cada cual tendrá su triángulo particular.



Comentarios

  1. Me fascina Jonathan y te agradezco esta entrada. Old World por el nervio y Girlfriend por su languidez me parecen dos caras de una misma maravillosa moneda.

    ¡Abrazotes!

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    1. Efectivamente Victor, este disco tiene muchos puntos desde los que puede ser revisado y todos apreciables, es una obra crucial y poco conocida por estos lares.
      Un abrazo.

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  2. que voy a decir un clasico de los clasiccos ademas sale Jerry Harrison un favorito maldito personal

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    1. Efectivamente, Harrison estaba por allí, es uno de esos discos malditos tremendamente poéticos.
      Saludos.

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  3. Este es un magnífico disco. Gran reivindicación, amigo.

    Un abrazo!

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    1. Un clásico en toda la extensión de la palabrra sin duda.
      Un abrazo.

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  4. Obra maestra total y una fenomenal reseña. Lo adoro, tanto como para llevarlo en una de mis camisetas habituales. Abrazo.

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    1. Coño una camiseta con este disco tiene que molar, me busco una para mi. claro es una obra maestra absoluta, y se que te gusta.
      Un abrazo.

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