Viaje a Nashville invitado por Morfeo y Orfidal...(1ª Parte: Los Prolegómenos) - Las Paranoias de Addi.


Mis sufridos padres siempre me han dicho que de bebé no era bueno ni dormido, y añadían que entonces menos que nunca, pues el dormir no estaba entre los hábitos del recién llegado y aún indefenso ante el mundo y el rock Addi, resumiendo, que dormía menos que los búhos, o mejor dicho, que no me dormía ni para la de tres.
Tengo recuerdos de la niñez, con uso aunque aún no abuso de mi capacidad para hablar, facultad que según crónicas de la época, me llego en edad temprana, tal vez de ahí mi actual locuacidad, producida quizás por un ansía imposible de satisfacer de comunicar algo...lo que sea. En tales recuerdos me veo a mi mismo a intespestivas horas de la madrugada observando, con los ojos como el naipe del dos de oros, como mi joven madre se quedaba dormida frente a la páginas de un libro titulado "Cuentos de Hadas", que por desgracia no poseo ya que mi hermano, el pequeño de los de Witt, se encargo de ello, y que día tras día la pobre leía y releía con la finalmente frustrada esperanza de que el joven y aún único de los de Witt se quedase dormido a una hora prudente, antes de la frontera entre un día y otro.
Según parece, miedos y fantasmas de todo tipo y condición, que llegaban diréctamente de la energética y encendida imaginación del muchachito, eran los que impedían que sus párpados se cerrasen dotando a su sesera de la necesaria oscuridad para poder tomar contacto con los duendecitos que Morfeo envía para propiciar dulces sueños en las infantiles cabecitas que así lo solicitan.
El transcurrir de los años, unido a la entrada del chaval en la escuela, lo que acerco al jovencito a la practica de deportes, no todos de común consumo, además de la minimadurez que la nerviosa mente del niño iba adquiriendo, convirtieron aquel perpetuo duermevela en un recuerdo, para los padres un mal recuerdo.
La niñez y la adolescencia se caracterizaron por noches de ronquidos y descanso a pierna suelta, ahora el cachondo de Addi dormía como un tronco, la actividad deportiva y la propia de su adolescencia, nada calmada por cierto, le hacían caer derrotado en la piltra y hacer desaparecer las antiguas noches de vigilia del registro de recuerdos del cerebro.
Pasada la juventud, muy dada a los cambios de sueño horario, de noche a madrugada y mañana debido a la ocupación fiestera y rockanrolera del joven, y poco a poco ya no tan joven Addison, eran solo eso, un cambio horario, Morfeo se sentía a gusto guiando la agitada y ruidosa respiración de nuestro amigo.
Y llegó la hora de buscar la independencia de la que todo el mundo hablaba, la treintena insistía en que la edad de las juergas y las pernoctas alejadas del hogar debían dar a su fin y que la costumbre dictaba una conducta acorde con la edad adulta que el primer tres que ya aparecía en su cifra de años imponía a la razón. Así que a volar lejos del nido, independencia, preocupación por un trabajo que pasó de ser un mal necesario a convertirse en un bien imprescindible y vital, centro neurálgico de la vida y de la supervivencia, forma de comer y pagar impuestos, hipotecas y seguros, ganar dinero para resistir y no como hasta entonces para vivir, aquello empezaba a no ser divertido...

Y con todas estas preocupaciones llegó lo que tenía que llegar, el estress y de nuevo, ¿quien lo iba a pensar?, el duermevela, la vigilia, los ojos como el naipe del dos de oros, pero ahora no había una bonita mama con la cabeza enterrada en un libro de cuentos, ahora solo había oscuridad, no se podía gastar luz con el precio que tiene, todo volvía a ser como antes, lo único que habían cambiado eran los fantasmas, los de la niñez eran mas creativos y divertidos, venían de la joven y virginal imaginación de un niño, estos los traían los auténticos malos, los poderosos del infierno en la tierra, los banqueros, los curas, los políticos y el capital que solo quiere mas capital sin importarle un carajo el descanso nocturno de los peones de su tablero de ajedrez, de las piezas de plastico como servidor.
Debido a esta realidad incuestionable llegó la hora de la búsqueda de soluciones y tras pasar por las ovejitas y el vaso de leche caliente antes de acostarse que no funcionaban, empezó la adicción al café, primero con leche, luego cortado, mas tarde solo y finalmente en baldes y sin azúcar. Tibieza en los resultados y turno para las infusiones: tila, menta poleo, valeriana y mezcla de todas ellas inventando una que haga cierto aquello de La Unión hace la fuerza...nada.
Y como ocasionálmente uno necesita dormir si o si, pues a tirar muy de vez en cuando eso si de pastillitas, muy pequeñas, diminutas, con un aspecto de inofensivas que realmente produce gracia y provoca falta de respeto, irresponsable y desinformada falta de respeto a algo que a pesar de su tamaño no es conveniente tener como algo baladí y carente de enjundia.
Y precisamente mi último viaje fue en la Agencia de Viajes mas barata del mundo, esa que tienen a medias Morfeo y Orfidal que no se a que nombre responde pero que hace que se quede uno cuajado y con las señales de vidas en modo mantenimiento. Eso si, el sueño fue genial, de los que al despertar lamentas que solo haya sido eso, un sueño, ganas de llorar por no haberse tratado de algo real, de no haberme podido quedar allí, en la onírica irrealidad en la que durante un tiempo fui inconscientemente feliz, muy feliz...






Hasta aquí la primera parte del relato de mis últimas vacaciones, os adelanto que fueron en Nashville y que estuvieron repletas de rock, blues y como no country y bluegrass, de tragos de whiskey y señoritas de buen ver, resumiendo: ¡Que fueron en Nashville!... eso si, en sueños...vamos que si llego a poder quedarme ya me habéis visto el pelo.

Comentarios

  1. Afortunado viaje. una pregunta de quién es la ilustracion que figura en el post

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    1. Y queda lo mejor del viaje jajajaja...La ilustración no se de quien es, se que se titula insomnior pero por mas que he buscado no encuentro al autor.
      Saludos.

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  2. Qué relato más bonito y original! Me voy corriendo a leer la segunda parte.
    Perdón por el retraso. Un abrazo!

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