Nitty Gritty Dirt Band - "Welcome To Woody Creek", 2014 - La esencia de las cosas hechas con amor.

En 2004 la Nitty Gritty Dirt Band estaba de cumpleaños, exactamente 38 eran los que cumplía desde que fuese engendrada en 1966, fruto de la unión de los cantantes, guitarristas y compositores: Jeff Hanna y Bruce Kunkel.
En California, y mas exactamente en la Tienda de Guitarras McCabe de Santa Monica donde ofrecían sesiones de Jam Sessions, fue donde conocieron y unieron a su causa a otros músicos como los guitarristas Les Thompson y el también cantante y posteriormente gran estrella Jackson Browne, el bajista Ralph Barr y el batería Jimmie Fadden, tamaña formación no tardo en destacar y pronto, tras un breve periodo como Jam Band empezaron a forjar la leyenda, esa leyenda del country y del country-rock llamada Nitty Gritty Dirt Band.


En 2004, tras numerosos cambios en la formación inicial, Jacson Brown solo permaneció por unos meses en la agrupación por ejemplo, solo Jeff Hanna y el batería Jimmie Fadden permanecían fieles a la firma que 38 años antes alumbraron.
Pero ambos, con las fuerzas y la ilusión intacta y con una formación integrada por John McEuen al banjo, guitarra y mandolina, desde 1967 en la formación, Jimmy Ibbotson a los teclados y el bajo, en el grupo, alternativamente, desde 1969 y Bob Carpenter a las guitarras y teclados y formando parte de la Nitty desde 1979, se encerraban en el estudio con un ramillete de canciones en las que todos y cada uno de los miembros intervienen en su composición sin que ello suponga una contienda de egos, las ideas claras y el amor a una música que los cinco músicos llevan en el flujo sanguíneo que mueve su corazón de rock&roll es todo lo que necesitaban.


No es por tanto de extrañar que el resultado fuese un disco como este "Welcome To Woddy Creek", que si bien no es el mejor de su extensa discografía, si es un disco estupendo, que suena a lo que tiene que sonar, y que hubieran firmado los Eagles de aquellos primeros discos de country-rock californiano que voltearon el mundo musical con el sublime "Desperado".
En este disco se aprecia la pureza, la falta de pretensiones sesudas y la carencia de ambiciones comerciales o mediáticas, el álbum es una fuente que mana un dulce néctar que no es sino la esencia del sonido racial que anida en el corazón de estos cinco tipos que destilan en todos y cada uno de los segundos del trabajo su amor por lo que hacen, por su sonido, por sus letras sencillas y de gente que es tan poco importante que son envidiados por los mas célebres, un disco en definitiva hecho con amor.
Doce temas que funcionan como maquinaria de precisión, que son lo que pretenden, germinal e intrínsecamente, y no lo que se pretende desde los controles de la pecera, que suenan tan sencillos que conquistan y ganan batallas a grandes creaciones de pomposas producciones solo con ser lo que son, canciones sinceras de country-rock.
Temas tan geniales como "Walking in The Sunsine", compuesta por Jeff Hanna y que contagia optimismo y luminosidad a la apertura del álbum, la preciosa "Jealous Moon" que parece concebida para poner en voz de aquellos Eagles de los primeros setenta.
Maravillosa, juguetona y refrescante "It's Morning" es un ejercicio de fe en el country, imposible en pleno siglo XXI es un tema arrebatador compuesto por Jimmy Ibbtoson.
Dos Versiones fantásticas, "Get Back" de The Beatles escuchada aquí el otro día en el último 2x1 (pinchar para acceder), y esa maravilla sonora que firmara en 1973 el añorado Gram Parsons para nutrir su primer disco en solitario que se tituló "She".
Melancólico corte de pureza country y plañidero discurso canoro en "Safe Back Home" con Ibbtoson y Hanna en la composición, tareas que comparten con Bob Carpenter en la cabaretera y sabrosa "Party on The Mountain".



Vuelven los ecos de Eagles en "Any Love But Our Love" y "It's a New Day".
Jeff Hanna firma junto a un tal Hummonds el tópico pero delicado y lírico corte de acústica y piano mil veces oído y otras mil veces llorado que lleva por título "Old Time's Sake".
Y nos despedimos de este sencillo y delicioso trabajo con ritmos de acústica, acordeón y armónicas en la instrumental y muy western "Midnight at Woody Creek".
Un disco delicioso que suena a los Eagles de los primeros años, al Gram Parsons de los últimos, pero sobre todo suena a country-rock, germinal, entendido con sinceridad y con reflexiva fe en lo que se hace, es la música facturada por cinco músicos veteranos que disfrutan de lo que hacen, porque es algo que forma parte de ellos, de lo mas íntimo de su ser, un disco que destila la esencia de las cosas hechas con amor.

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