Ming City Rockers – "Clementine" (2025)

Crítica: Ming City Rockers – "Clementine"

…Ming City Rockers vuelve a incidir en su oferta musical basada en la electricidad dislocada de sus guitarras distorsionadas, sus melodías pegadizas e infecciosas y su nerviosa base rítmica.

 

Por Jorge García.

Poco más de veintitrés minutos es todo lo que necesitan las dos chicas y el chico de Ming City Rockers para desplegar su esplendoroso sonido a lo largo y ancho de las diez canciones que agrupan bajo el título de "Clementine".

Dos años después del intrépido y excitante "Lime", Ming City Rockers vuelve a incidir en su oferta musical basada en la electricidad dislocada de sus guitarras distorsionadas, sus melodías pegadizas e infecciosas y su nerviosa base rítmica.

Allí donde el punk y el rock se dejan engatusar por las construcciones melódicas más poperas y los ascendentes impúdicos e irreverentes de tipos como los New York Dolls, es donde encontramos el cimiento sobre el que fabrican sus canciones Ming City Rockers.



La explosiva y encendida vocalidad de Clancey Jones se ve en esta ocasión endulzada por la interrupción vocal en clave naif y juguetona de Morley Adams, quien sigue retorciendo el sonido de su guitarra con anárquico y huracanado frenesí.

Los estribillos enganchan con descaro y la urgencia rítmica nos hace sentir que la velocidad invade el leitmotiv sónico de todo el disco, salvo alguna esporádica excepción como la sugerente e infantil "Window".

El desparrame alcanza cota de glorioso en la agitada "Pounds & Ounces" y en la enajenada "Blood in my socket" no alcanzando los dos minutos entre ambas y disparando dopamina por doquier.

Aunque el disco ha sido lanzado hace varias semanas, algún adelanto ya vaticinaba lo que se nos venía encima, como la contagiosa tonada de "I’d like to assist you (But my head’s too small)" y la oscura y viscosa "Oh my god"

Si bien debo admitir que otros momentos de elepé me engatusan más (todavía), como la tronada shoegaze titulada "Seven ate nine" o la enfática propuesta de música pseudo-disco "Plastic recycling facility" o la vertiginosa "I wanna find a way so I don’t feel like me, ever again".

Traigo a Rock and More este "Clementine" como ejemplo de la rugiente realidad que aún subsiste en clubs y garitos donde sin hacer caso a postulados pedantes y posicionamientos de estilo, el rock sin concesiones sigue teniendo su sitio y además es capaz de crear discos frenéticos e impíos como este. Que no solo de ‘POMs’ vive el hombre.


Reseña pulbicada el pasado 14 de marzo de 2025 en Exile SH Magazine.

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