En los últimos tiempos he dejado un poco de lado a Bruce Springsteen. Posiblemente son demasiados años sin que ningún disco del "Boss" me interese demasiado y al final he ido olvidando poner sobre el plato sus discos antiguos.
Pero si he de ser sincero, en otro tiempo Bruce era uno de los artistas más recurrentes en mis escuchas, alguno de sus discos están marcados a fuego en mi corazón y debo admitir que han influido de manera decisiva en esta locura que siento por el Rock & Roll.
Creo que en el fondo no perdono a Springsteen que desde hace varias décadas sus discos no sean ni una falsificación mala y chapucera de lo que llegó a producir en la primera década de su carrera, en los años setenta y principios de los ochenta, cuando fue saludado como la nueva sensación del Rock & Roll, lo fue desde luego, pero durante menos tiempo del que hubieramos deseado.
Así que hoy voy a recordar viejos tiempos, cuando discos como "Born to Run" me volaron literalmente la cabeza y no podía parar de escucharlos ni de noche.
Este año cumple medio siglo "Born to run" y me ha parecido que hoy podría ser un buen domingo para recuperarlo de la estantería y pincharlo. Además este vinilo es el primero que compré con mi primer sueldo y le tengo un enorme cariñó.
Todos conocemos las canciones que lo han convertido en un disco legendario y mítico, pero hay una que siempre me ha parecido que estaba en un segundo plano con respecto a los "Born to Run", "Backstreets", "Jungleland", "Thunder Road" o "Tenth Avenue freeze-out"... Me refiero a "Night", y esta es precisamente la que vamos a escuchar esta mañana.
¡Feliz domingo!
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