Glenn Cardier - "Wild at heart" (2019)



 Equilibrio y diversidad son cualidades que hacen de la escucha del disco un ejercicio de disfrute y entretenimiento...

El clásico songwriter australiano Glenn Cardier no suele ser, como ocurre con otros músicos de su misma cuerda, protagonista de reseñas, halagos ni portadas. Eso no quiere decir que su obra deba ser tomada como 'menor', no es así, y su último disco, "Wild at heart" lo demuestra sobradamente.
Desde los años setenta lleva Cardier en el mundillo, siempre agazapado en la segunda división, esa que desde antaño sirve de refugio a tantos talentos del mal llamado perfil bajo, pero que atesoran carreras brillantes que parecen exclusivas para los elegidos... seamos hoy esos elegidos.
Tres años después del estupendo "Cool under fire", vuelve Cardier con un nuevo trabajo de esos que solemos decir que son los que nos gustaría que siguiese grabando el boss.
Es imposible no evocar a Springsteen cuando se escuchan las magníficas canciones que moran en los surcos de "Wild at heart", pero también se muestra, diáfano y presente el recuerdo a la lítica de Tom Petty, Elliott Murphy o Willy deVille.
Equilibrio y diversidad son cualidades que hacen de la escucha del disco un ejercicio de disfrute y entretenimiento. Son poco más de treinta y cinco minutos que vuelan al son de rocks callejeros con guitarras, saxos y pianos que parecen importadas del corazón de New Jersey como "Restless one" o "Ain't love the sweetest thing"; o bien al ritmo de tonadas canallas y cabareteras como "Love come calling" o "Party time".
Tal vez sean las baladas las que conquistan de manera especial mi corazón: "Wild at heart" o "I'll make it up to you".



Enganchan por vientos y méritos melódicos: "Take me home", "Just dropped in" o la estupenda "Roxy baby".
No olvidamos la rockera y jadeante "Bring it on" ni la curiosa y simpática "Are you Beatles, are you Stones?".
Seguirá sin amontonar reseñas, halagos ni portadas, pero pocos discos he escuchado este año con el gusto que estoy escuchando este, sonidos que me son familiares, melodías que se dejan querer y uniformidad en un disco que tiene de bonito hasta la estupenda portada.

Se recomienda visitar la reseña sobre este mismo trabajo publicada por Juanjo Mestre para el Exile SH Magazine pinchando AQUÍ.

Comentarios

  1. Buenísimo el disco. Tu reseña es mucho más completa que la mía pero mil gracias por la mención. Abrazos mysuperfriend.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta el disco, aunque me temo que conseguirlo en formato físico no va a ser tarea fácil.
      En el Exile tuvo lugar la primera reseña del disco.
      Abrazos.

      Eliminar

Publicar un comentario