Sea Pinks "Watercourse" (2017)


Las primera toma de contacto con el último disco de Sea Pinks titulado: "Watercourse", me dejó un tanto frío, debo reconocerlo. Tal vez, el hecho de que llegase poco más de un año después de su anterior y estupendo "Soft days" (pinchar), colocó una sombra de duda en mi, que a la hora de escuchar el nuevo catálogo pesó de manera negativa.
No obstante, y gracias a lo mucho que me gusta la banda de Belfast, decidí no darme por vencido e insistir.
No necesité de demasiados pases para comprobar que mi primera impresión estaba errada. "Watercourse" es nuevamente, un trabajo de gran nivel, que no tiene nada que envidiar a anteriores discos.
Podríamos decir que el continuismo es lo que marca estilísticamente el álbum. Ahí siguen las melodías juguetonas y radiantes, el ambiente dream-pop, la esencia jangle-pop, y los ritmos livianos pero vivos. No faltan las voces juveniles y las guitarras primaverales y luminosas; pero todo con ese espíritu de autenticidad, de música de local, de actitud independiente, de madurez.
Neil Brogan (guitarra y voz), Steven Henry (bajo) y Davey Agnew (batería) se reunieron en los estudios Start Together de su Belfast para registrar los diez temas que conforman su nuevo cancionero. Cierto que el ingeniero Ben McAuley dota a las guitarras de un sonido más sólido, más crudo que en anteriores entregas, pero no es menos cierto que esta crudeza le sienta genial al conjunto.


La escucha se desarrolla dentro de una total fluidez, sin requerir mayor esfuerzo, y con la sonrisa que produce lo que se acepta con deleite.
Desde la inicial, y de cierta lírica rockabilly, que comparte título con el Lp, ya se nota la esencia de la propuesta.
"Places she goes" apunta a la esencia -más dulce y soñadora- de su anterior entrega, y es un corte francamente encantador. Suena ochentera e intensa la extraordinaria: "Into nowhere".
Deliciosa: "I don't know what I would", una de las melodías más redondas del disco, que encuentran similitudes con los mismísimos The Smiths.
La voz de Brogan se desliza sobre una línea de bajo y burbujeante en "Gonalong", y en un ritmo más arcilloso y rockero en el powerpop: "How long must I be denied?".
"Playing for pride" tiene un ligero tono garajero, dentro de lo cristalino de las guitarras, que aquí rugen.

Vuelven las inspiraciones de Smiths en "Shock of the new"; y "Water spirit" es efervescente e intrépida en el estribillo.
El disco lo despide un juguetón corte como "Pining away", de ritmo saltarín y animoso.
En menos de cuarenta minutos, se deslizan estos temas, dejando un magnífico sabor de boca, una sensación agradable y un frescor que viene genial para los calores estivales. Úsenlo de refrigerio, no se arrepentirán.
Se adjunta bandcamp donde escuchar y si se desea adquirir "Watercourse".

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