Rubia - "The Game" (2017)


Sara Iñiguez es desde hace tiempo una artista totalmente consolidada en la escena musical, ya no vasca (Sara es de Getxo, Bizkaia), sino nacional. Este acomodo como solista, compositora y teclista de referencia -dentro de su estilo (y de otros)- se ha producido firmando sus trabajos como Rubia, bajo cuya rubrica acaba de presentar su cuarto Lp de título "The Game".
Ella misma produce y arregla este cancionero, y son dos apartados que delatan al álbum como un trabajo de plena madurez y que supone un paso al frente, sutil pero perceptible, y que hay que celebrar.
Salvo el cover de Garnet Mimms: "A quiet place", encantadora, soulera y saltarina, todos los temas son compuestos y escritos por Sara.
Acompañan a la autora en la grabación, algunos de los músicos habituales, como Jokin Salaverria al bajo o Mauro Mietta en las guitarras, entre otros.
Desde un punto de partida sónico basado en el soul, -esencias de la Motown-, pero con guiños al funk o al soft rock, y un espíritu que remite a la costa oeste de los años dominados por el amor, las teclas de Sara hacen de soporte a una decena de canciones redondas, de variado tono, y que resultan apetecibles y saciantes. Además en cada disco canta mejor.


Abre fuego con el delicioso corte que bautiza el lote: un swing que remonta el vuelo en busca de una optimista brisa cálida.
"Howl" es un soul de dulzura melódica y que recuerda a las Ronettes. En cambio "Anyone" se muestra más ácida y funk.
El blues tiene cabida en la bonita: "Bessie"; y el rock con salpicaduras psicodélicas se presenta en "My boy", otra de mis favoritas.
Un excelente tema como "Teenage heartbreaker", que bucea en aguas pop, pero deja impronta de un soul californiano delicioso, da testimonio del muy completo y exquisito disco que nos deja Rubia este 2017.
Nos volvemos a sentir envueltos por sones swingeros en la delicada melodía pop de "I owe it to myself", y por un encanto cincuentero en la cinematográfica atmósfera de "Dead on the snow", con su navideño poso.
Y el final llega con un corte gaseoso y de etérea melodía, en la onda de Carole King, la maravillosa: "Ivy".



Con "The Game", Rubia firma un disco absolutamente sólido, muy bonito y de coherente variedad. Me atrevería a decir que alcanza un punto de equilibrio y exquisitez como nunca antes, y eso que bajo esta nomenclatura, Sara Iñiguez ha firmado ya excelentes discos (pinchar).
Lo celebro, y estoy deseando escuchar estas canciones en directo, me imagino que a no mucho tardar.

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