The Strypes - "Little Victories" (2015), Si pero no...


A veces resulta increíble que se produzcan publicaciones de grupos a los que sigues o pretendes seguir y que te pasen desapercibidos.
Tanta es la información sobre lanzamientos, la oferta para escuchas en streaming y la disponibilidad de material para acomodar en el disco duro en listas de espera muchas veces infinitas, que se ponen en circulación productos que no ves y que terminas encontrando de casualidad por los medios de toda la vida, es decir, encontrando el disco en la estantería de una tienda...¡increíble!.
Y así fue como me entere de que los jovenzuelos de The Strypes tenían nuevo trabajo en la calle: "Little Victories", tal fue la impresión que me causó su primera acometida que no me lo pensé dos veces y me lancé de cabeza a por el artefacto.
Su primer disco, aquel: "Snapshot" supuso una bocanada de aire fresco, me encandiló a la primera y de un golpe su fuerza, su desparpajo y su esencia pub, descaro vocal, ritmo enloquecido y distorsión que le daba al sonido un aire a lo Dr. Feelgood sin olvidar la aureola brit en unas melodías en las que tenían presencia The Kinks o The Beatles, todo ello facturado de forma fresca e impregnada de una libertad propia de la adolescencia.
Con esas premisas no es de extrañar que el nuevo trabajo de estos cuatro sinvergüenzas prometiese más dosis de disfrute y locura rock/garajera.
La misma inmediatez de sensaciones que experimenté en su primer disco la experimenté en la primera escucha de este, pero con un cambio sustancial, el desparpajo, la fuerza juvenil, y el tono desenfadado y de grupo de pub en busca de chicas había, si no desaparecido si mermado, menguado considerablemente.
Me resultó, y unas semanas y escuchas después me sigue resultando, como uno de esos trabajos de laboratorio tan tristemente habituales en la música actual (especialmente en U.K.), un proceso de coloraciones casi alquímicas para conseguir que algo parezca sin ser, que tenga lo que tiene que tener para crear dudas razonables en las escuchas más meticulosas y que no tengan, tras la disección, elementos probatorios de las amputaciones o modificaciones aplicadas a éste con respecto al producto original, resumiendo que el sonido es un: si pero no de "Snapshot".


Muchos dirán que siguen los riffs distorsionados y vitalistas, los estribillos con gancho y la vocalidad de tono teenager, pero no, no es aquello que rasgaba cualquier resistencia que pudiese aparecer ante la afilada inmediatez de los temas facturados y escupidos por los de Cavan en 2013.
Todo está atenuado, amortiguado y barnizado, el tono de esmalte utilizado es el que acompaña a otras bandas de las islas que no terminan de atraparme, el que acompaña a Arctic Monkeys, Kasabian o The Fratellis por ejemplo, se aleja el espíritu de Dr. Feelgood o de Bo Diddley y bien que lo siento.
Pero no quiero causar una impresión equivocada, no me parece un mal disco, simplemente un disco que evoluciona hacia un terreno mas moderno, más actual y menos germinal, menos antiguo, y eso creo que no favorece al espíritu de estos tipos, que creo que son de otra pasta, de una pasta musical anterior a los experimentos pro-radio formula de hoy, movimientos que pueden hacer mucho daño a su música, no creo que deban dejarse sucumbir al efecto segundo álbum en el que se busca demasiadas veces la consolidación comercial en lugar de la artística, espero una reacción en el tercero, pues es la típica historia de gente que con empecinamiento artístico y creativo llegará el afecto por parte del público, el mío lo consiguieron en el primer disco y lo tienen tras este segundo lanzamiento.


Porque el disco es divertido, no desternillante, pero si con momentos de calidad, de riffs rabiosos y aire sesentero, desarrollan algunas muy buenas melodías beat y derrochan vitaminas en varios cortes francamente estupendos como: "Get into it", "A good night's sleep anda cab fare home", la poderosa: "Queen of the half crown", "Best man" metálica y desquiciada, la underground y contaminada acción de "Three streets and a village green" o la machacona y puntiaguda de histérico estribillo: "Cruel brunette", aunque mi favorita es "Fill the spaces" un tema beat de cuando la invasión británica afilaba las navajas en locales de mala muerte, en la frontera entre los cincuenta y los sesenta, muy Beatles de la época The Cavern.
Buen segundo disco, inferior al debut por causas de la producción y enfoque de este entretenido y aún prometedor "Little Victories", tiempo habrá de seguir comentando los progresos de estos The Strypes que mantienen el crédito aunque se me antoja vital el posicionamiento de la banda de cara al tercer Lp, en especial si este funciona en listas y ventas.



Comentarios

  1. Acabo de oirlo.........y de primeras me ha dejado bastante frio. Nada que ver ya con su anterior disco. Lo explicas muy bien....temas para modas pasajeras. Bueno,,,seguire oyendolo unos dias mas ......veremos como me resulta al final.
    Un saludo

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    1. Algunos temas estan bien pero con ese sonido amortiguado, espero que vuelvan a las andadas de su anterior disco, las composiciones tampoco me parecen malas.
      Saludos.

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  2. he estado todo el verano escuchandolo y también ando algo indeciso por un lado hay buenos temas y los otros no es que sean malos pero les falta punch. creo que han intentado hacerse mayores un poco prematuramente. en todo caso se escucha bien

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    1. Claro parece que falta proceso de maduración para alcanzar el sonido de forma natural y no forzada por las tendencias, pero lo defines muy bien. Se escucha bien.
      Un saludo.

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  3. Pues, tal como llevo las novedades actuales pasaré del invento. Hay tanto por escuchar que no se puede perder el tiempo en cosas reguleras como esta, ¿no?

    Saludos

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    1. Hombre hay cosas mas interesantes para dar prioridad, eso esta claro.
      Saludos.

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