Aaron West and The Roaring Twenties - "We Don't Have Each Other", 2014. Mi mejor regalo de cumpleaños.

Hay gente a la que quieres porque tiene que ser así, no tiene sentido preguntarse porque, simplemente tu corazón aplica ante ti uno de sus habituales ejercicios de despotismo y te dice lo que hay, vulnerando tu libertad para elegir, cuestionar o replicar, imponiendo un criterio ante el cual te rindes porque eres la parte débil de la ecuación, porque eres la incógnita, la que es despejada y cuyo interior es revelado de forma inapelable y sin posibilidad de modificación, es una constante y punto...así actúa el corazón con los sentimientos, les fija un punto en la diana y no permite que estos disparen sus dardos al exterior del tablero.
La verdad es que yo tengo clavados dardos en varios blancos, menos que antes, alguno de esos tableros se han caído de la pared que los sujetaba ante la mirada aterrada de mi corazón, por desuso o por ruina del inmueble no lo se, a lo mejor simplemente es que alguien retiro la diana, colocándola lejos del alcance visual de mis sentimientos...no lo sé.


Pero otros están profúndamente incustrados en dianas que, como la de mis hermanos pamplonicas, se las ve fuertemente adheridas a muros de bondad, alegría, esperanza y mucho amor, amor contagioso y exhibicionista, feliz y orgulloso, limpio y transparente, compartido de buena gana con amigos, admirado y ocasionalmente, envidiado, tal es la belleza e intensidad de la luz que emana.
Yo tengo la suerte de ser feliz testigo de ese amor, de sentir sus ondas expansivas, amor tierno mojado con la lluvia del rock and roll, y creerme, en los corazones de Rafa y Carol siempre esta lloviendo.
Afortunado mortal el que suscribe que se sabe recordado y apreciado por una suerte de familia que nació en medio de la niebla hace ya un tiempecito, que en cierta ocasión ofició de farol que iluminase mi sendero entre esa niebla, sendero que poco a poco fue recorrido gracias a esa luz prestada y agradecida (hubo mas luces, cabrón afortunado Addi) por mi y que fue vital para encontrar el final de la senda que me llevó al luminoso valle en el que hoy he fijado mi campamento.
Hace poco fue mi cumpleaños, pobre en regalos materiales y rico en recuerdos de amigos, muchos lejos por desgracia, millonario en sentimientos agradecidos, engrandecidos y emocionados ante la constatación de que mucha gente, muchas dianas siguen manteniendo mis dardos clavados en sus corazones, y que recuerdan al viejo Addi que en su día los lanzo y no los dejo olvidados, los dejo regalados para estar siempre conectado con el portador del tablero, con el amigo.
Uno de esos regalos vino en forma de música, de mis hermanos de Iruña, en forma de disco, regalado y sugerido, después escuchado, vivido, disfrutado y finalmente traído aquí para compartirlo con las dianas que desde aquí diviso y las que empiezan a ser fijadas a muros tan llenos de belleza como el que sustenta la cuadricula dardada de mis Carol y Rafa.



Ese disco fue este "We Don't Have Each Other" de los desconocidos para mi Aaron West and The Roaring Twenties y del que habla mucho mejor mi hermano con su habitual verbo suelto, desnudo, abierto y sangrante de emoción y amor, habla como si la vida fuese eterna, (en cierto modo lo es), habla con su intensidad de latidos en Necesito un Rock & Roll (pinchar y flipar).
Yo solo puedo decir que es un disco en el que, además de poesía, siento el calor estival que estos días acaricia lujuriósamente la piel llevándola a estados de éxtasis cutáneo, pero en el corazón, en la parte del cerebro que regula la paz interior, la tranquilidad y el estar feliz de ser uno mismo, como yo hoy lo estoy.
Una colección de temas de tremenda amabilidad sonora, con melodías construidas sobre el encofrado levantado con la argamasa resultante de mezclar sentimiento y esperanza, y decoradas con trazos de rock, si de un rock que descansa de la batalla eléctrica de otras citas para concentrarse en la contemplación de lo bello de la vida, del ser humano gritando (poesía) esperanzas y perdidas, anhelos y miedos controlados gracias a la fuerza insuflada por la humanidad de bien que convive en muchos.
Diez temas que compiten entre si por ver cual es mas bello, mas luminoso, mas cálido y mas evocador...un paraíso de ángeles en pugna por ser Luzbell, en busca del dulce destierro del paraíso, para buscar esa dosis de electricidad tóxica y violenta que también es rock and roll y que en otras citas tanto necesitamos mis amigos y yo, pero que se encuentra en lugares mas ardientes de sordidez.



Desde el tema de apertura que ayer os ofrecí: "Our Apartment", bello y optimista, desfilan ante nosotros la preciosa y dulce "Grapefuit" de bella melodía, voz edulcorada de cristalina emoción, y guitarras que recitan poesía sonora.
Mas carnal y rítmica la nerviosa "St, Joe Keeps Us Safe", optimista y de estribillo sonriente.
"Running Scared" es llevada en volandas por guitarras que rugen sin morder y estribillo que se lanza a tumba abierta a la pasión y el rock contenido y franco de la vocalidad entregada de Aaron West, rock de veras.
Acústicas, voz plañidera, steels guitars, folk que nos lleva a la senda del sentimiento mas lloroso y nostálgico, tal vez triste, hermosa: "Divorce and the American South", algo parecido pasa con "Thunderbird Inn", pero esta con mas fe, mas electricidad y energía intrínseca reflejada en un muro sónico de plástica violencia guitarrera, otro corte estupendo.





Y ante la presencia melancólica de las steels y arpegiando Aaron West nos cuenta, cual abuelo cebolleta una lírica historia a la luz de cualquier hoguera en la hermosa "Get me of Here Alive".
Ascendente de viejo rock de linaje folk rural y futuro rock urbano y cosmopolita, en cierto modo tópica la enérgica "You Ain't No Saint".
Romántica, Dylaniana y de tradición vocal e instrumental, vuelve la poesía, mis amigos bailan seguro y disfrutan de sus pupilas brillantes y latentes cuando aparece la armónica, tremenda poesía esta "Carolina Coast"...¿Eh amigo?.
Termina este sendero que se recorre con la brisa dulce y tibia del amanecer, con calma y paz, con la breve y sureña, desesperada y como improvisada "Going to Georgia by The Mountain Goats" que oficia de bonus track.





Precioso recorrido sónico que, con permiso de mis amigos y familiares, (que en muchos casos se mezclan al contacto con mi fibra interior) a supuesto el mas bonito, emocionante y poético regalo que he recibido en mi último cumpleaños.
Este post esta dedicado a todos aquellos que permiten que mis dardos sean parte de la agujereada diana de sus sentimientos y cotidianeidades, que me dejan compartir sus vidas y que caminan, y paran para el repostaje de alimentos, bebidas y rock and roll, y reemprenden camino y disfrutan del sendero con este mortal que os recomienda de corazón este disco, lo pongo en mi diana para que el que quiera dispare sobre el. Y en especial dedicado a mis hermanos Rafa y Carol.

Comentarios

  1. Ok tras la presentación anterior post ahora un más completo recorrido. Bien. la graya sorpresa se refrenda al escuchar mas temas

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    1. bernardo si quieres te lo paso,mandame tu email y listo, el disco es precioso

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  2. Ah, que lo estas reseñando por entregas , esperaremos a la tecera .

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    1. Por ahora ya esta todo, ha sido un poco improvisado, merece la pena el disco amigo.
      Saludos.

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    1. Creeme, un disco de esos que te hace sentir bien, precioso.

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  4. No tenia el gusto de conocerlo...ahora que lo conozco tengo GUSTO
    Gracias por esto

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    1. Me alegra que te haya gustado este amigo, investigaremos un poco mas sobre el.
      Saludos

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  5. Realmente acongojante. La música y los afortunados sentimientos que desparramas. El amor, el verdadero amor, va mucho más allá de lo físico y lo tangible.

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    1. Cierto, aunque suene cursi el amor (a todo) termina siendo un motor que termina teniendo influencia en todo.
      Saudos.

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    2. El lujo de existir, cerca de ti, empuja nuestros corazones, querido amigo, a tomar aire y soltar risas y sentimientos de esos que se desbordan como una garimba en un concierto de Rock N Roll...el que te desparrames (Y muchoooo) literariamente, con nosotros de inspiración ilumina nuestra vida y nos da la razón para escribirte como te escribimos y quererte como te queremos...
      Y esto sirve para solicitar, en cuantis se pueda una o diez copas de vino pagadas por el tipo que cumplió años, es decir tú..
      Un abrazo querido amigo...

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    3. Lujo mutuo y te diré que ante la cercanía de tu effemeride, estaré mas que encantado en pagar esas copas de vino a medias con usted, no se me vaya a esconder la cartera que se que no es norma de la casa, eso si, si es por vernos un rato, la copas de vino o de cazalla las tienen ustedes mas que aseguradas y unas buenas biandas para secar el desaguisado también.
      Abrazos y besos en cantidades industriales.

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