Tristeza por la perdida de una costumbre adquirida y querida...Adios a Mansion on the Hill

Triste...¿Estóy tristre?...¡No!, la verdad es que no, creo que en el fondo no tengo motivos para estarlo salvo que me entregue al repugnante y pegajoso abrazo del egoismo...

 

Mansion on the Hill echa el cierre, así nos lo ha hecho saber hoy a todos mi amigo Hector, evidéntemente tiene sus motivos, habla de falta de motivación y en especial de la inminente llegada de una nueva criatura que vendrá a engordar las vidas de sus aitas de cariño y a recargar este mundo con una pequeña, o no tan pequeña medida de esperanza y belleza.
Ambos son motivos poderosos, él habla de cese definitivo de la actividad blogera, permitirme que le contradiga un poco, a lo mejor es la esperanza, y es que como alguno sabéis, acostumbro a mostrarme terco a la hora de desembarazarme totalmente de ella y cuando pretende huir me aferro a sus tobillos evitando el soltarme y quedarme pateando tristeza sobre el asfalto, tal vez sea solo eso, pero conozco al interfecto y no me extrañaría que él, que tanto ama la música, cuando la motivación vuelva, es una suerte de hija pródiga que siempre vuelve, y su niña y él empiecen a conocerse tanto que su amor, indiscutible e inagotable, no sea la principal baza para iniciar una  educación y formación ya encaminada, correctamente encaminada, y ambos empiecen a darse sus necesarios espacios, que entonces entre la maleza de amor y esperanza, nazca otra vez la iniciativa que haga volver a abrir la mansión y tras una buena limpieza volver a dedicarnos crónicas musicales, de esas que han echo de Mansion on the Hill, de su visita y lectura, una costumbre adquirida y querida para mi, casi una necesidad...

Pero como todo es para bien y yo quiero a mi amigo, pues no estoy triste, estoy contento y deseoso de que esta etapa que ahora empieza en su vida sea gratificante, feliz y repleta de momentos que llevarse al almacén de la memoria, a la despensa de las felicidades.
En mi despensa esta él presente en alguno de mis recuerdos recientes mas inolvidables, como no recordar su presencia en aquel fin de semana de Frías que ambos disfrutamos y vivimos de modo apasionado junto a otros queridísimos amigos. Algún café por Bilbao y mas de una compra en el FNAC...de discos claro...No menos geniales los momentos vividos frente a Fakeband en su primera acometida al The Last Waltz en el Cafe Antzoki junto al gran Joserra Rodrigo, igualmente inolvidable, y con el señor de la land también por allí, el bolo de la gran Lucinda en el mismo marco, y apenas hace unas semanas mano a mano, el y yo presenciando el primer recital de la última gira de Nacho Vegas.
Además de un buen número de sufrimientos compartidos en los partidos de basket de nuestro Bilbao Basket, otra de las aficiones que compartimos...
Conversaciones musiqueras en torno a todos y a todo..la NBA puesta a análisis y muchas lecturas de sus impresiones en ese imprescindible caseron que hoy ha cerrado sus puertas.
Y es que la Mansion era un lugar un tanto especial, amable y digno, sencillo y sabio, elemental y elaborado. Allí aprendí mis aun rudimentarios conocimientos en torno a la discografía de Costello, (otros blogeros también han contribuido a este amor creciente por el heterodoxo cantautor), y entndí la importancia de la música mal llamada De andar por casa...como si en casa no nos mereciésemos escuchar lo mejor...lo simple, sencillo, lo que realmente conecta con las fibras, lo nuestro...nadie hablaba de esto mejor que Mansion.
Y por último quiero recordar mi primer dia en la blogosfera, a punto de cumplirse dos años y medio de aquel domingo en que nervioso tecleaba mi primer texto con el panico atenazando mi garganta, el pánico a la indiferencia, a que esa bruja fuese la única en morder el fruto que con tanto nerviosismo e ilusión habia plantado y ahora germinadaba llevando parte de lo mejor que podía utiliazar como fertilizante y que habitara en mi interior...cuando a última hora mire en aquel blog recien abierto, que olía a nuevo y virgen, cuando lo abría con el miedo a que los peores augurios de soledad se hiciesen reales, ví algo inexperado, en el blog, que yo ya seguia hacia tiempo, Mansion on the Hill, su propietario había actuado de padrino de quien suscribe, presentándoselo a la blogosfera en la que el ya era alguien admirado y querido...pocas veces en mi vida me he sentido tan agradecido, y también emocionado, aún no nos conocíamos personalmente, eso tardó unas pocas semanas en llegar, no muchas, y poco a poco he llegado a considerar a Hector uno de mis amigos, y a su mansión una especie de refugio de calor humano donde hablar de música en perfil bajo, que ¿sabéis que???...es el mejor perfíl para hablar con los amigos.
Voy a hechar de menos Mansion on the Hill, se había convertido su visita, en una costumbre adquirida y querida...la verdad es que si que estoy un poco triste, solo un poco.
Gracias Mansion!!!


Comentarios

  1. Es una realidad. Cada vez somos menos en esto de la blogosfera. Los años van pasando factura para todos y es lógico que muchos lo dejen.
    Echaremos de menos a Mansión, for sure!

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te aseguro que yo la echare mucho de menos amigo.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Confió en que volverá. Hay momento en la vida en los que uno se vuelca con proyectos personales que lo alejan de determinadas cosas pero, más tarde o más temprano...
    LA CABRA SIEMPRE TIRA AL MONTE.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario