Israel Nash Gripka - "Barn Doors and Concrete Floors" (2011)

Para ser sincero, debo decir que hace ahora un año un servidor no tenia ni idea de quien era el tal Israel Nash Gripka que tocaba a una hora tan retorcida en el tercer escenario del Azkena. Me llamo la atención el nombre del tipo y tras visionar a los Blue Oyster Cult y, teniendo en cuenta que era el primer día y los BOC fue el primer bolo entero que vimos, tocaba paseo, tickets y cervecita, y así acabamos en el tercer escenario mirando a unos tíos que estaban allí arriba tocando, pero ¿como estaban tocando?...¡Joder! estaban tocando de miedo, sonaban a gloria, casi de modo himnotico nos miramos mi hermano y yo y nos acercamos mas, el bolo, que había empezado hacia un par de temas, nos atrapo por completo.


Las canciones se iban desgranando una tras otra compitiendo entre ellas en belleza, fluidez melódica, aire americano mezclado con una actitud de descaro tímido y un son que recordaba al Neil Young mas campestre, en resumen, que el tal Nash Gripka nos enamoro, convirtiéndose este en nuestro bolo favorito del pasado ARF.
Claro, de vuelta a casa tocaba investigar quien era este tío y que tenía editado, encontramos un disco, su último disco, sigue siéndolo, hasta la fecha, un vinillo titulado: "Barn Doors and Concrete Floors", y que en aquel momento contaba con algo mas de un año, ahora mismo son dos los años que lleva en la calle.


En estos últimos meses son muchas las veces que he deshojado esta margarita, flor musical de olor y sabor americano, sureño, flor que nace en suelo que un día fue territorio de aventuras de caballeros despóticos y ridículos que buscaban la posibilidad de dedicar sus vidas insípidas de esclavizadores a la decadente costumbre de la ociosidad y que sin darse cuenta dejaron en la sal de esa tierra un duende mágico que empapa las almas de los habitantes de estos territorios de una inspiración romántica y melancólica que ha llenado de discos las estanterías de muchos de nosotros,  de discos repletos de aromas caseros viejos, de mamy avezada en la cocina y el cuidado de las señoritas blancas y viejo capataz de campo algodonero, que en su triste y humillado canto, despedía la jornada en un contraluz rojo contra el cielo sureño, dejando el eco de esos sones, de esas notas de ese espíritu que fue formando la música americana de raíz, de verdad, de sangre libre, ociosa, blanca y negra.
En los recobecos de este aullido musical que aún se escucha flotando en el aire caliente del sur se esconde el secreto de la música de este Israel Nash Gripka, en esa verdad, en ese duende.
Y la veracidad de esto se demuestra en los surcos de este genial disco, cálido como fuego que calienta las castañas en las tardes de invierno en las plantaciones, armonioso como el cadencioso discurrir de los riachuelos a su paso por las mansiones, que erectas proyectan su sombra sobre las orillas de estos, dejan su susurro fresco y melódico empapando el aire dulce y estático de la primavera.
Nash Gripka nos propone una colección de temas balsámicos, que te llevan a entornar los párpados y dejar que el tiempo pase, contagiandote de la ociosidad miserable de aquellos señoritos decadentes que fueron testigos involuntarios del nacimiento de la música americana.


Como nativo de Misouri, el soul, convive en su animo en perfecta convivencia con el folk que nutre de adn su ser y con el country que puebla su actitud, sus inicios y su inspiración mas salvaje, el folk y el country precisamente alumbran "Fools Gold", tema que abre brillántemente el disco y nos introduce en el espíritu de este cantautor para empezar a conocerle en su terreno, le sigue la maravillosa y mas lastimera "Drown", que arrastra una melodía que hace surcos en la tierra de lo aferrada que a esta está, un tema precioso y crepuscular.


A media voz nos cuenta su historia, susurrando, sin hacer ruido en la evocadora "Sunset, Regret", como su nombre puede hacer indicar "Goodbye Ghost" empieza con un fantasmagórico preludio que pronto da paso a unas steel guitars que llenan de country, de nostálgico country el ambiente, la voz, mas arenosa que en las anteriores nos lleva al estado mas oscuro del alma del protagonista.
Un country-folk de libro se abre ante nosotros desde las primeras notas de la magnífica y digerible "Four Wings", dotada de un estribillo que eleva el espíritu a terrenos mas optimistas y tranquilizadores, pedals steels y acusticas que se mezclan para dejarnos una cobertura perfecta a una melodía sublime. Un rítmico y brioso canto nos lleva a adentrarnos en "Louisiana", y es que este es el titulo del siguiente tema, mas rockero y menos crepuscular pero no menos decisivo en la comprension de la música de este fantástico compositor, que aquí nos regala además un bonito punteo guitarrero.


"Baltimore" es ahora la homenajeada en un tema folk de pausada y relajada melodía acompañada de un canto casi ausente en la entonación, pero que se vuelve vivo en el estribillo, que pudiera pertenecer a cualquier tema folk de CSN o del amigo Young.
Country de nuevo al estilo del canadiense de oro solo  o con sus compadres de CSN es el que nos recuerda las notas y acordes de la fantástica "Red Dress". Country mas elaborado y osado es el de "Black and White", que se deja acariciar por el rock mss acerado del sur... pero solo acariciar.


"Bellwether Ballad" es una típica y tópica balada sureña que al solo acompañamiento de la guitarra hay que añadirle la vocalidad desnuda y sincera de Israel que redondea un precioso tema, sobre si mismo, sincero y directo.
"Antebellum" cierra a ritmo de banjo el album, notas countrys que enseguida se tiñen con un rock totalmente extraido del adn de los Crazy Horse y su jefe canadiense, un cierre oportuno y rotundo a un disco excepcional, rico en matices, coherente en su extructura y redondo en cuanto a sus elementos sónicos, disco que a buen seguro hará las delicias de todos los amantes del americana, del folk, del country y de la música cálida y empapada de duende sureño, por sus surcos se asoma Neil Young, CSN, Bob Dylan e incluso algún divo soulero del pasado que deja su impronta en gotitas, escasas pero sabias de soul, incluso de blues.
A la espera del nuevo disco de este artista, sera el tercero, os recomiendo no os perdáis esta estupendo "Barn Doors and Concrete Floors", que estoy seguro que no os decepcionara.

Comentarios

  1. Gran post, que digo? Genial. Un discarro si señor, yo no le he visto en directo pero su disco fue de mis favoritos de aquel año. Saludos!

    ResponderEliminar
  2. A mi me encantan Addi, de vez en cuando los recupero porque se ha convertido ya en otro imprescindible para mi. Espero que las cosas vayan tomando ese rumbo que tu deseas darles, un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  3. Un discazo con todas las letras. Es verdad que muchos juegan a esto de la americana ultimamente pero no todos lo hacen con gracia. Israel desde luego si la tiene. Saludos,

    ResponderEliminar
  4. Ni idea de esta gente, tío. Me han gustado mucho. El último tema es genial.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Todavía no me puse con este hombre y mira que son ya muchas las alabanzas que recibe por la blogosfera.
    Anoto este "Barn Doors and Concrete Floors" para futuros deberes.
    Gran post, por cierto!

    saludos.

    ResponderEliminar
  6. Nikochan: En vivo es mas electrico, mas cañero, mola mucho tambien.
    Saludos.

    Carolynn: Espero su nuevo disco, este es la pera, yo lo he quemado este año...
    Lo mismo espero para vosotros.
    Besos.

    eric waits: Una cosa es jugar y otra competir, este de momento esta en primera division.
    Saludos y buen fin de semana.

    Evánder: Un señor disco amigo mio, te va a encantar seguro.
    Buen finde, un abrazo.

    Rockland: Gracias tío. Cuando te pongas te enganchara seguro, es un gran disco, estoy ansioso por escuchar el nuevo que creo esta al caér.
    Saludos y buen fin de semana.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario